El “fallo estructural” del crecimiento económico en Cuba
¿Qué indica la reciente estadística oficial de Cuentas Nacionales?
Supongo que el reclamo oficial de Cuba en la ONU sobre una mayor voluntad política para abordar “fallos estructurales” del sistema internacional conecte, por alguna parte, con reconocer el fallo estructural del crecimiento económico en Cuba confirmado por la reciente estadística oficial.
Durante los 5 últimos años, al menos uno de los 4 grandes agregados de consumo del PIB ha tenido variación negativa. Sin un alineamiento estable de variación positiva en los 4 agregados no se alcanzaría una dinámica de crecimiento económico estable y con nivel adecuado.
Un dato interesante ha sido la reciente “anomalía” del “consumo de gobierno”, normalmente con variaciones positivas (excepto en 2020 cuando todos los agregados se contrajeron), pero que en 2023 cayó notablemente, incluso más que en 2020.
Dos notables “fallos estructurales” del crecimiento económico en Cuba son un nivel insuficiente de la tasa de inversión que ha sido inferior a 17%, cuando se necesita aprox. 25%, y el continuo hundimiento de las exportaciones netas de bienes y servicios.
El “fallo” estructural de las exportaciones netas es más importante y complejo que la atención que parece recibir en los documentos de gobierno y en las notas de la prensa oficial porque no es solamente un problema de balanza comercial.
En una economía pequeña y subdesarrollada, sin un adecuado sector productor de medios de producción, las exportaciones netas sustituyen lo que en el argot marxista se denomina “sector 1”. Con saldo negativo sostenido de exportaciones netas no es sostenible el crecimiento.
Se ha formado en Cuba un perfil de inserción internacional que no es compatible ni con el crecimiento ni con el desarrollo y que, además del déficit de exportaciones netas, ha ido acompañado de una reducción de la “apertura externa” que no es compensada por ninguna expansión “endógena”.